Para conseguir fomentar la lectura, se necesitan unos protagonistas, un escenario, y unas acciones a ejecutar. Los protagonistas son los niños y los padres, donde tanto unos como otros recibirán las ventajas de la lectura directa y conjuntamente.
El escenario debe ser un ambiente tranquilo, con luz tenue, agradable para estar escuchando, leyendo o escribiendo, un lugar que haga que quien se introduzca en él, vea luz y color por donde pase, donde la imaginación esté en su máximo esplendor, y donde los protagonistas sientan el valor que aportan a la cultura.
17 PASOS PARA FOMENTAR LA LECTURA:
- Facilitar la realización del hábito de la lectura, aportando ideas, hechos y dedicación a compartir ese momento con los niños. Poner a su alcance herramientas para leer, lo conseguirán más seguros de sí mismos.
- Organizar la biblioteca de los niños de manera conjunta, para que ellos asocien el orden a una lectura más satisfactoria y más divertida, y también para que sepan buscar libros que quieran leer. Es importante transmitirles el amor a los libros.
- Meditar sobre lo que se está leyendo, hacer una reflexión de la lectura, ayuda a entenderla mejor, y a implicarse más activamente en ella. En los niños, se manifestará la reflexión haciendo preguntas, o buscando en el diccionario palabras que no entiendan.
- Escuchar a los niños cuando hablan, ya que esconden sus verdaderas motivaciones sobre las que aprender e investigar.
- Narrar adecuadamente lo que se lee en voz alta, con la entonación adecuada y las expresiones bien diferenciadas, la lectura en voz alta estimula la sensibilidad literaria, y la inteligencia simbólica.
- Trepar por la imaginación de los niños, y llegar a alcanzar niveles óptimos de máximo rendimiento, para ahondar de manera más eficaz en el hábito de la lectura e instaurarlo como imprescindible en la vida infantil.
- Alentar y estimular la lectura, dejando al alcance de los niños los libros para que los manipulen, abran, cierren, consulten… Y lleguen a ver en ellos un arma de saber, difícil de de olvidar.
- Respetar el gusto de los niños por la lectura, que ellos elijan lo que quieren leer, ayuda a crear un mayor vínculo con la lectura que valoran más positivamente.
- Legar ejemplo de hábitos de lectura. Con el ejemplo que los padres den a los niños, se potencia la lectura indirectamente. Los niños lo toman como algo habitual y divertido que todos pueden hacer en casa, ya que suelen imitar a los mayores.
- Acompañar dando apoyo y resolviendo dudas cuando les surjan. El momento destinado a la lectura debe “vigilarse”, para que los niños entiendan que hacen algo muy positivo y en compañía, lo cual aumentará la autoestima de los niños al ver que forman parte del tiempo libre de sus padres.
- Lograr un ambiente adecuado y cómodo para los niños es fundamental para que este hábito quede instaurado como algo normal y necesario en la vida diaria.
- Expresar los sentimientos a través de la lectura, hace que se cree una atmósfera de complicidad y comprensión con los padres, que logra posicionarse como una de las facetas más relevantes de la lectura.
- Contagiar la lectura, realizando esta actividad en común, y compartiendo las experiencias y sentimientos que de dichos momentos puedan surgir.
- Tolerar los diversos puntos de vista que de la lectura pueden surgir según cómo sea cada niño. Aceptar que cada uno comprenda lo que lee de manera distinta u original, es algo que potenciará enormemente, de nuevo, la autoestima del niño.
- Unir familias a través de la lectura, es algo que siempre se deja olvidado, y en cambio, al practicarlo, surgen los maravillosos beneficiosos de compartir el talento y la cultura.
- Recomendar según la edad de los niños, unos libros u otros, evitará que en algún momento algún niño, se sienta frustrado por no entender lo que lee, o por aburrirse al leer algo demasiado sencillo para su nivel psicológico.
- Asegurar la constancia en la lectura, reservando un tiempo para leer, donde se respire relajación y tranquilidad y se tenga una disposición óptima para leer y obtener el máximo beneficio.
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